La Isla de la Juventud, descubierta por el almirante Cristóbal Colón en su segundo viaje al llamado Nuevo Mundo, constituye un excelente destino para el turismo de naturaleza, con opciones únicas destinadas a los amantes del buceo.
Arrecifes coralinos de singular belleza se localizan en la costa sur de la mencionada ínsula, a lo cual se añaden los atractivos que ofrece el Parque Nacional Marino Punta Francés
Precisamente, en el área de esa región se ubica la zona de buceo vinculada al Hotel El Colony, con un tramo de costa de seis kilómetros de extensión -localizado entre Punta Pedestales y Punta Francés- que muestra un entorno marino único.
Para los amantes de las actividades subacuáticas están listos 56 sitios de inmersión, varios de ellos con importantes colonias de corales, gorgonias y esponjas, además de la existencia de cuevas, pasadizos y túneles.
En los recorridos bajo el agua los visitantes se ven acompañados de una variada fauna marina, donde destacan especies como sábalos, jureles, roncos, chernas, aguajies y hasta barracudas, mientras los tiburones se aprecian con menos frecuencia.
Los expertos destacan en especial la belleza espectacular de puntos de inmersión con los nombres de Pared de Coral Negro, Túnel del Amor, Cueva Azul, El Pasaje Escondido, Cueva de los Sábalos, Piedra de Coral, EL Salto, Ancla del Pirata, Paraíso de las Levisas y Pequeño Reino.
Otras zonas explotadas son la de los Barcos Hundidos, que son restos de varios barcos diseminados en una extensa área que está entre seis y nueve metros de profundidad donde hay grandes cardúmenes de peces.
En especial destaca la zona donde se encuentran sumergidas las naves de carga Jibacoa y la militar Esparta, hundidas unas dos décadas atrás y convertidas en alojamiento para una amplia gama de corales de colores, algas, esponjas y crustáceos.
Asimismo, el sitio de Los Indios se caracteriza por la existencia de paredes verticales y mogotes coralinos, mientras que la zona Fuera de Límite muestra al arrecife que crece desde la propia costa y luego cae hasta 15 metros.
Las facilidades se apoyan en un centro localizado en la Ensenada de Siguanea, a 24 kilómetros de los puntos de inmersión, con programas de actividades tradicionales que contemplan hasta dos frecuencias de buceo al día, acompañadas de una agradable parada intermedia en un restaurante edificado sobre el mar.
Instructores con certificación internacional garantizan la seguridad del buceo, además de la existencia de servicios especializados en el área, entre ellos el de una cámara hiperbárica multiplaza y galenos dedicados a la medicina subacuática.
El complemento para el ocio esta en el Hotel El Colony, con una construcción que data de los años 50 y la opción de 77 habitaciones climatizadas, centro nocturno y ofertas gastronómicas en los restaurantes El Cazador y el Galeón, todo para recuperarse tras una agradable jornada de paseo por las profundidades.